martes, 17 de noviembre de 2015

Televisores que duran más

Según los fabricantes, un televisor tiene una longevidad de aproximadamente 40 000 a 90 000 horas (continuamente), lo que representa entre 4 y 10 años encendido. Desde luego, esto es sólo teoría. 

De hecho, sus estimaciones no quieren decir grande cosa. La vida útil de su aparato va a evolucionar en función a su tipo, su marca, su utilización, su colocación y a su entorno. 
En efecto, el sistema de estos televisores es mucho más complejo que el sistema plasma y algunos daños pueden ser irreparables. 

Los televisores LCD utiliza pantallas de cristal líquido. Estos cristales (comúnmente llamados "píxeles") reproducen cada uno un minúsculo punto de una imagen. De este modo, su sincronización debe ser perfecta para tener imágenes nítidas.
  • Primer problema: el tiempo de respuesta. En efecto, la parte "informática" de la pantalla encargada de coordinar todo este pequeño mundo presenta fallos en el transcurso del tiempo. Las imágenes presentan manchas, los colores cambian de golpe; en resumen, un verdadero rompecabezas para recalibrar la imagen.
  • Segundo problema: aunque estas pantallas sean calificadas de "sólidas" en comparación a las pantallas de plasma, no son indestructibles. Los píxeles, que se encuentran entre una capa de silicona y una capa de plexiglas pueden morir. Por lo tanto, observarás puntos negros en las imágenes.
  • Tercer problema (únicamente LCD): pérdida de luminosidad. Consiste en una disminución de la luminosidad del sistema de iluminación (neones). Los televisores LCD son conocidos por una luminosidad demasiado fuerte, por lo que es notorio una disminución de su luminosidad. En cambio, los televisores LED no tienen (o muy poco) este problema.
En una pantalla de plasma, una estructura de píxeles compuestos de gas encapsulado en fósforo, es aprisionado entre dos placas de cristal. 
  • Primer problema: pérdidas de los colores. En efecto, por un fenómeno natural, las radiaciones emitidas por los gases (en particular el xenón) se modifican porque las reacciones químicas no son más las mismas.
  • Segundo problema: pérdida de luminosidad. Sin embargo, es equivalente al LCD.
  • Tercer problema: fragilidad. Los televisores plasma son mucho más frágiles. En efecto, si el cristal se agrieta, el gas puede escaparse progresivamente.

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