Las facilidades de pago no son otra cosa que un crédito. Dividir el monto de una compra en cómodos pagos es una gran idea, ya que nos permite disfrutar un bien hoy y pagarlo a plazo, y en muchas ocasiones sin intereses. A veces lo que pasa es que olvidamos que 12 meses es un año; 18 meses es año y medio, y 24 meses es dos años en los que tendremos que pagar puntualmente, mes a mes, una parte para liquidar el bien que adquirimos. De entrada, una recomendación es revisar si el crédito es a meses sin intereses o si vamos a tener que pagar un sobreprecio por el financiamiento. Piensa que el Buen Fin se hace con el fin de que más personas gasten dinero.
Si adquieres productos con tarjeta de crédito hay otra buena noticia: según el plan de lealtad de tu tarjeta, podrás generar puntos o millas aéreas, un beneficio que no te da el efectivo.
Lo más importante que debemos hacer antes de salir de compras es un presupuesto realista. De forma simplificada, la fórmula sería: Ingresos (cuánto gano) – Egresos (gatos recurrentes, pagos de créditos) – Un cacho para el ahorro – Otro pedazo para invertirlo = Capacidad crediticia. Recordemos también que el crédito no es una extensión del salario, sino una herramienta de pago.
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