lunes, 23 de noviembre de 2015

Opciones para jugar con un televisor mejor

Con la entrada en el mercado de la tecnología 4K y la masificación de los LED, la decisión a la hora de elegir el compañero para nuestra consola puede parecer difícil. Desde Meristation os traemos las principales recomendaciones para escoger el mejor televisor, así como nuestra elección personal para disfrutar al máximo de esta generación.
Llevamos ya dos años de lleno en la nueva generación de consolas, y con los usuarios de PS4 y Xbox One enfrentados por cuál es la mejor de las dos consolas, los ‘Nintenderos’ esperando el anuncio oficial de la nueva NX y los ‘PCeros’ defendiendo que su plataforma está a años luz de las demás, se ha pasado por alto un importante detalle. Estamos hablando de los televisores, el principal soporte tanto para consolas como para ordenadores y que esta generación también está dando un vuelco espectacular. Cada una tiene una serie de ventajas y desventajas frente a las demás, y eso es lo que vamos a poner sobre la mesa para que, en base a ello, toméis una decisión. Mención aparte merecen las resoluciones y características adicionales, de las cuales hablaremos en el último apartado de este reportaje. Así que, lo dicho, veamos con qué tele os quedáis, jugones.
El LCD podría considerarse la tecnología más antigua y barata de las tres, y quizá por ello sea la que más presente está en los hogares. Es una evolución de los antiguos monitores (CTR). Los paneles LCD son delgados y planos, y se componen de un panel de cristal líquido en el que se encuentran los píxeles, que requieren de un sistema de iluminación externo para conseguir proyectar las imágenes. Tradicionalmente se utilizaban lámparas fluorescentes, pero ahora se usan LED, y de ahí la evolución natural hacia esa tecnología.
Los paneles LCD son muy finos, pesan poco y, lo más importante, tienen un consumo energético realmente bajo. Esto, unido a sus precios, que son bastante asequibles, posicionan a esta tecnología como la opción más masificada. Pero no os engañéis. Que sea la alternativa más común no significa que sea la mejor. Los LCD se han quedado muy atrás, en sus formatos más grandes siguen siendo muy caros, su ángulo de visión y contraste son bastante malos y la calidad de imagen se resiente si les da la luz del sol.
Así que, por todo lo anterior, la alternativa LCD es la menor recomendada, por lo general, para cualquier uso en la actualidad. Son baratos y gastan poco, pero, ya sabéis, aquí pasa como con todo, lo barato sale caro, y los LCD ya no están para buenos trotes. Si tenéis un televisor con esta clase de tecnología (yo mismo soy poseedor de uno), no es que estemos jugando en unas condiciones muy inferiores, pero la renovación sería recomendable.
Con el plasma pasa como con los juegos Indie. Los más puristas defienden que es la mejor tecnología aún a día de hoy, pero son muchos otros los que se decantan por el LED. La tecnología del plasma consta de lámparas de gas que iluminan cada píxel de forma independiente, lo cual permite alcanzar una calidad muy alta en los negros y una imagen mucho más definida que en los LCD, sobre todo en lo tocante a la representación de los colores. 
¿El problema? Pues hay varios. En primer lugar, el plasma solo se utiliza en televisores con paneles de gran tamaño, generalmente a partir de las 40 pulgadas. Y en segundo lugar, su precio, que sigue siendo tan elevado a día de hoy sobre todo por los costes de fabricación, que no han conseguido reducirse con el paso del tiempo. Además, cabe destacar aquí que el plasma es, a día de hoy, una tecnología moribunda, sobre todo teniendo en cuenta el potente avance de los televisores LED y OLED.
Sin embargo, el plasma es una opción con muchas ventajas al margen de su precio. Como decimos, la calidad es sorprendente, y la nitidez de las imágenes en movimiento es total. Es por ello por lo que los más aficionados al cine y los videojuegos suelen optan por esta alternativa. De modo que, como conclusión, lo dicho. El plasma es la opción más ‘pro’ para los que se consideran entendidos en la materia, así que si puedes permitírtela (y encontrarla), pues a ello, porque la diferencia con respecto al LCD es considerable.
El LED es el hermanito guapo de las pantallas LCD, y de hecho, no es más que un LCD con un panel posterior formado por diodos LED. Sin embargo, por este mero hecho, las ventajas con respecto a la primera tecnología de la que os hemos hablado son numerosas.
En primer lugar, el consumo eléctrico es mucho más reducido. Además, el empleo de esta tecnología también consigue pantallas muy finas y con un peso muy ligero. Por otro lado, presenta un mejor contraste en las imágenes proyectadas, obteniendo tonos más nítidos, colores más brillantes y un negro bastante puro, ya que los diodos que muestran este color simplemente se quedan en negro. Por lo visto no llega a la calidad que ofrecen los negros del plasma (y de hecho, a este respecto hay muchas discrepancias entre los defensores de una y otra tecnología), pero hace lo suyo.
La tecnología LED es la más extendida en la actualidad. Se pueden encontrar televisores LED a precios razonables, y otros, bueno, a precios menos razonables. Pero lo cierto es que el LED es la alternativa más recomendable porque engloba lo mejor que puede tener un televisor, y prácticamente todos incluyen funciones de televisión inteligente (Smart TV). Además, tienen una gran fiabilidad ya que los LED tardan mucho tiempo en empezar a dar signos de desgaste.
Hace unos años, los LED eran una alternativa cara y de reciente implantación, y aún a día de hoy, sigue siendo una opción que muchos ven como demasiado ‘nueva’. Sin embargo, el LED es ahora mismo la opción más asequible y que ofrece una mayor relación calidad-precio. Sin embargo, debemos tener en cuenta a la hora de adquirir un televisor LED en fijarnos si lo que ofrece es ‘Full-LED’ (o sea, el panel LED al completo) o ‘Edge-LED’ (LED solo en los bordes). Los segundos son más baratos pero presentan unos colores más ‘lavados’, mientras que los primeros son más caros y consumen más pero ofrecen unos colores más realistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario