martes, 15 de diciembre de 2015

Parámetros para la mejor compra de televisores

Comprar un televisor nuevo es algo divertido aunque también agotador. Elegir entonces entre tantos televisores es un trabajo arduo pero con estas reglas tendrás un parámetro más amplio para ir a comprar el televisor que más se adecue a ti y a tu familia.

Aun existiendo algunos modelos en el mercado, lo cierto es que la fabricación de televisores de plasma es algo inexistente. Los fabricantes han decidido apostar por paneles LCD y poco a poco por OLED. Por tanto, ahora ya depende de la calidad de dichos paneles y los ajsutes que cada marca realiza para ofrecer una imagen satisfactoria en todos los aspectos para el usuario.
Cómo valorar la calidad de imagen en un televisor

  • El escenario ideal sería un laboratorio donde poder medir el porcentaje del espacio de color usado capaz de representar, brillo total del panel, calidade de los negros y una serie de parámetros adicionales. Pero sabemos que no es posible. Por tanto es nuestra experiencia y grado de exigencia lo que nos llevará a determinar nuestra pantalla idea. Eso sí, siguiendo unas pautas sencillas y al alcance de todos.

  • El tamaño importa. Y no me refiero a que cuanto más grande mejor. Calcular de forma correcta cuál es la diagonal de pantalla ideal según nuestra distancia de visionado hará que disfrutemos de una verdadera experiencia satisfactoria o no. Como sabréis, y si no os lo recordamos, la distancia de visionado ideal se puede obtener mediante una sencilla formula:
  • El sonido mejor no tenerlo en cuenta. La mejor forma de valorar un televisor es centrándose sólo en su calidad de imagen. El sonido es importante pero sabemos que en televisores tan planos no siempre resulta satisfactorio. Por tanto, es importante tenerlo en cuenta pero sin obsesionarse. Porque, podremos encontrar televisores que suenen muy bien pero con una calidad de imagen inferior. Y para el sonido siempre hay soluciones (receptores A/V, equipos HiFi, barras de sonido…) pero para la imagen no.
  • Fijate un precio máximo. Todos tenemos un presupuesto que nos impedirá llegar a ese modelo que tanto nos gusta pero que se escapa. Por tanto, antes de comenzar a mirar establece cuánto estas dispuesto a gastar. Ten en cuenta que luego solemos subir un poco si vemos un modelo superior por poco más. Claro que también ahorrar si aprovechamos posibles ofertas.
  • Una aproximación a qué tipo de pantalla debemos optar la podéis encontrar en el artículo donde hablamos sobre qué es LCD, LED y Plasma. Ahí falta el tema OLED, una tecnología que ofrece ventajas como una mejora en la representación de color, menor consumo y calidad de los negros pero que por el momento, por su coste de fabricación, son demasiado caros.
  • Niveles de negros. Aquí es importante usar algún tipo de contenido con escenas oscuras que conozcamos bien. De ese modo, podremos apreciar si se pierden detalles en su reproducción.
  • Ángulos de visión. La posición óptima para ver cualquier pantalla es con la línea de visión perpendicular al televisor pero tener buenos ángulos de visión es importante si vemos algo en familia o incluso tumbados en el sofá o la cama. Por tanto, desplazate a los lados y también comprueba cómo se ve si te agachas o elevas por encima de esa línea de visión perpendicular.
  • Nitidez de movimientos. Nos han dicho que el refresco de pantalla, los hertzios, son los que marcan la fluidez y nitidez de los movimientos. Es cierto, pero a veces no nos podemos dejar llevar por las cifras así que nada mejor que comprobar nosotros cómo se comporta. Contenido de acción o escenas como la del inicio de Notting Hill son perfectas para comprobarlo.
  • Calidad de reescalado o upscaling. Y si todo lo anterior es importante, la capacidad de reescalado también. No siempre visualizamos contenido con la resolución nativa del panel. Por tanto, es el televisor y su electrónica deben crear información adicional para cubrir cada pixel del panel. Aquí, cada fabricante opta por métodos propios que en algunos casos dan mejores resultados que otros. Así que, una buena prueba es simplemente ver las emisiones de cadenas de televisión. Estas, no sólo no suelen emitir a 1080p sino que lo hacen con unos bitrate algo pobres.

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